Una economía circular se basa en los principios de reducción de residuos y contaminación, conservación de los productos y materiales en uso, y regeneración de los sistemas naturales.
El sistema actual ya no es eficaz para las empresas, las personas ni el medioambiente. El modelo actual consiste en tomar recursos de la tierra para fabricar productos que a menudo se desechan después de usarlos: tomar, fabricar y desechar. Esto se denomina “economía lineal”.
Es imperativo transformar el sistema de tomar, fabricar y desechar, incluida la manera en que administramos los recursos, la forma en que fabricamos y utilizamos los productos, y lo que hacemos con los materiales posteriormente. Solo entonces podremos crear una economía circular próspera que beneficie a todos.
Cambiar el sistema implica la colaboración de empresas, gobiernos, ciudades, ONG y personas. Esto tendrá un impacto positivo en nuestros productos e incluso en los puestos de trabajo. Al diseñar productos para minimizar los residuos y la contaminación, reciclar y reutilizar los productos y materiales, y preservar nuestros recursos naturales, podemos construir una economía auténticamente circular.
El reciclaje mecánico, también conocido como “reciclaje tradicional”, es el tipo de método de reciclaje de recuperación que se utiliza comúnmente en edificios de oficinas u hogares, donde los plásticos del Código de Identificación de Resina (RIC) 1 y RIC 2 se colocan en contenedores de reciclaje. Los plásticos usados se clasifican, limpian, trituran, derriten y luego se vuelven a extruir en pélets de plástico. Estos pélets se utilizan en nuevos envases de plástico y otros productos que normalmente se infrarreciclan. El reciclaje mecánico degrada los polímeros con el tiempo, lo que significa que el plástico ya no puede reciclarse después de un cierto número de usos.
Este es un ejemplo. La tapa de una botella de agua puede reciclarse mecánicamente para convertirse en un recipiente de lápiz labial. Ese recipiente de lápiz labial, si se recicla, puede convertirse en un bolígrafo, y el bolígrafo, si se recicla, puede convertirse en puntas de cordones para zapatos. Llegado este punto, las puntas de cordones de los zapatos no pueden volver a reciclarse y, a menudo, terminan en un vertedero una vez que los cordones de los zapatos terminan de usarse.
Este proceso también se conoce comúnmente como “reciclaje químico o avanzado”. En Eastman, lo llamamos “reciclaje molecular” porque nuestras tecnologías de reciclaje circular avanzado (renovación de carbono y renovación de poliéster) descomponen los residuos plásticos en sus componentes moleculares para volver a ensamblarlos en nuevos materiales.
Existen muchos métodos de reciclaje químico y difieren en cuanto a proceso, utilización de residuos, eficiencia y desempeño ambiental. Las tecnologías de reciclaje molecular de Eastman reducen el gas de efecto invernadero en comparación con el uso de combustibles fósiles y crean productos reciclados que son indistinguibles de aquellos fabricados con contenido no reciclado.
No. El reciclaje mecánico y el reciclaje molecular, el dúo perfecto, son enfoques complementarios con insumos y resultados diferentes. Ambos son necesarios para promover una economía circular y mejorar significativamente nuestro entorno, y cada tecnología desempeña un papel fundamental. Muchos consumidores ya utilizan ampliamente el reciclaje mecánico como modelo comprobado. El reciclaje molecular genera valor a partir de tipos adicionales de residuos de plástico, lo que permite volver a procesarlos una cantidad infinita de veces.
Las tecnologías de reciclaje molecular de Eastman pueden procesar la mayoría de los tipos de plástico, con la excepción del PVC. Es por eso que el reciclaje mecánico y el reciclaje molecular son el dúo perfecto para enfrentar la crisis mundial de los residuos plásticos.
El reciclaje molecular de Eastman nos permite devolver los residuos de plástico de diversas fuentes, que incluyen envases, fibras de alfombras y textiles, a su forma molecular una cantidad infinita de veces. Con nuestra tecnología de renovación de poliéster y tecnología de renovación de carbono, contribuimos a crear una economía auténticamente circular.
La tecnología de renovación de carbono (CRT) es una de nuestras tecnologías de reciclaje molecular. La CRT es un tipo de reciclaje avanzado que da nueva vida a los residuos de plástico más complejos. Este proceso utiliza chatarra industrial, preconsumo o posconsumo (como envases flexibles, películas plásticas, fibras de alfombra de poliéster y otros plásticos mixtos) como materia prima (o insumo), y la descompone nuevamente en sus componentes moleculares, lo que permite que las moléculas vuelvan a ensamblarse para crear nuevos productos.
El material resultante es indistinguible del material hecho de materias primas fósiles y puede utilizarse en bienes duraderos, envases y textiles. Esto permite que los materiales se reciclen una cantidad infinita de veces, a diferencia del reciclaje mecánico, sin comprometer ni perder calidad. Esto no solo evita que los materiales acaben en vertederos y permite que se usen por más tiempo, sino que además tiene una huella de carbono significativamente menor que los materiales creados con combustibles fósiles. La renovación de carbono puede reducir entre un 20% y un 50% las emisiones de gas de efecto invernadero para la producción de gas de síntesis.
La tecnología de renovación de poliéster (PRT) es nuestra tecnología de reciclaje molecular que procesa los residuos plásticos de poliéster difíciles de reciclar. La renovación de poliéster nos permite desviar del vertedero una familia de residuos de plástico de poliéster más allá de las botellas de agua transparentes (productos como botellas de colores, fibras de alfombras y textiles). Esta tecnología descompone los materiales a sus monómeros originales a través de uno de dos procesos: glucólisis o metanólisis, según el tipo de material que se utilice como suministro para el proceso, para crear nuevos materiales hechos con contenido reciclado. Este proceso, también conocido como “despolimerización”, nos permite reciclar desechos de poliéster una y otra vez sin degradación con el tiempo, y puede reducir entre un 20% y un 30% las emisiones promedio de gas de efecto invernadero en comparación con los procesos que utilizan combustibles fósiles.
El fin de la vida útil (EOL) es la etapa a la que llega un producto o material cuando ya no se utiliza. Esto puede significar que está destinado a un vertedero, compostaje o contenedor de reciclaje, dependiendo de cómo el usuario deseche el material. En Eastman, intentamos asegurarnos de que los materiales tengan un buen fin de la vida útil y se reciclen molecular o mecánicamente en nuevos materiales, en lugar de destinarse a vertederos o incineraciones, o terminar en nuestro medioambiente o vías fluviales.
La tecnología de renovación de carbono puede procesar la mayoría de los tipos de plástico, incluidos el tereftalato de polietileno (envases o ropa), el poliestireno (envases o aislamiento), el polietileno (envases o películas) y el polipropileno (envases, tubos, textiles y productos electrónicos, como teléfonos celulares y hardware electrónico). La excepción es el cloruro de polivinilo (PVC).
La tecnología de renovación de poliéster puede utilizar la familia del tereftalato de polietileno o los residuos plásticos de poliéster, como botellas de plástico transparentes, películas, textiles y alfombras.
El propósito de Eastman es mejorar la calidad de vida de manera tangible, y nuestro mundo tiene tres desafíos muy reales que podrían repercutir en esa calidad de vida: alimentar y cuidar de manera eficiente un mundo que se acerca rápidamente a los 10 mil millones de personas, el cambio climático y el problema de los residuos plásticos.
Gran parte del mundo en vías de desarrollo tiene sistemas de gestión de los residuos muy insuficientes, lo que resulta en vertederos sin administrar que con frecuencia son vaciados por tifones y tsunamis. Esto hace que los residuos plásticos y otros materiales lleguen a nuestros arroyos, ríos y océanos, y acaben introduciéndose en la vida marina, en nuestros alimentos y finalmente en nuestros cuerpos.
Nuestro equipo tiene el compromiso de eliminar el desperdicio de materiales a través de la innovación, creando procesos que hagan que los plásticos y materiales que necesitamos sean reutilizables y reciclables. Impulsamos una revolución de materiales mediante el uso de nuestras tecnologías de reciclaje molecular para mantener los materiales en uso y fuera del vertedero, y reducimos las emisiones de gas de efecto invernadero en el proceso.
Una diferencia significativa es nuestra escala comercial. Ahora estamos reciclando residuos de plástico difíciles de reciclar. Esta no es una escala piloto ni un anuncio de que estamos en la fase de planificación. Ya estamos tomando medidas para reinventar un sistema de reciclaje que contribuya a un futuro más sostenible y ayude a construir una economía circular en lugar de una lineal. Con nuestras tecnologías de reciclaje molecular, podemos reciclar casi cualquier tipo de plástico. Adoptar el concepto de reducir/reutilizar/reciclar es algo muy real para nosotros.
El balance de masa es un protocolo aceptado y certificado que documenta y hace un seguimiento del contenido reciclado a través de sistemas de fabricación complejos. Se utiliza cuando los insumos sostenibles, como el plástico reciclado, se mezclan con insumos tradicionales, como la materia prima basada en combustibles fósiles.
Por ejemplo, Eastman utiliza ambas fuentes para hacer componentes básicos idénticos para sus materiales. Dado que son idénticos, es imposible trazar las moléculas exactas hasta los productos finales. Sin embargo, podemos registrar cuánto plástico reciclado se ha utilizado en la fabricación y equilibrarlo con el contenido reciclado certificado en los productos finales.
Los residuos de plástico se introducen en las tecnologías de reciclaje molecular de Eastman en lugar de la materia prima de combustibles fósiles.
Ese plástico se descompone en componentes moleculares que se introducen en los sistemas de producción, con lo cual se compran o producen menos moléculas a partir de combustibles fósiles.
La cantidad y la identidad de las moléculas recicladas se colocan en un inventario que mantiene un recuento preciso de cuántas moléculas de cada tipo se reciclaron. (Recuerde que estas moléculas son indistinguibles de los componentes básicos producidos con materia prima fósil).
Dado que Eastman hace un seguimiento de la cantidad exacta de moléculas necesarias para producir cada producto Eastman Renew, la cantidad adecuada de moléculas se resta del inventario cuando se produce el producto.
Según los estándares de balance de masa, Eastman no tiene permitido vender más productos Renew de los que hemos creado a partir del reciclaje de residuos de plástico.
Luego, se introducen más residuos de plástico en el sistema para reabastecer las existencias.
Personalidades líderes reconocen que hoy en día el balance de masa hace posible la economía circular. Permite que los plásticos reciclados y las materias primas fósiles convencionales se procesen juntos en sistemas de fabricación existentes a escala mundial.
El balance de masa también permite a las marcas informar con certeza la cantidad de contenido reciclado asignado en los productos.
La alternativa al balance de masa es construir una infraestructura separada y redundante. Duplicar los numerosos reactores, columnas de purificación, tanques de almacenamiento, líneas de polimerización y sistemas de empaquetado y distribución tomaría décadas y resultaría en un enorme impacto ambiental.
En su forma más simple, el balance de masa es un método aceptado y certificado para medir y hacer un seguimiento de los insumos y resultados reciclados. Y los principios de balance de masa se utilizan en diversas industrias, incluida la energía renovable.
En el reciclaje avanzado, el balance de masa traza, mide e informa la cantidad de materiales reciclados utilizados para crear un producto. Este método, certificado por la ISCC, mide los insumos y resultados reciclados y permite a las marcas informar el porcentaje de contenido reciclado asignado a los productos fabricados. La International Sustainability & Carbon Certification (ISCC) es una organización independiente y un sistema de certificación líder que respalda cadenas de suministro sostsenible y completamente trazables.
El balance de masa está certificado por terceros según la norma PLUS de la ISCC. Nuestros socios utilizan continuamente las normas de la ISCC para garantizar la precisión de los materiales con los que fabricamos nuestros productos. La certificación de terceros aporta transparencia para seguir el contenido reciclado certificado por puntos críticos en la cadena de valor. La certificación de balance de masa de la ISCC permite a las marcas respaldar sus afirmaciones.
La energía renovable utiliza un sistema de balance de masa para canalizar la energía producida a partir de fuentes renovables a quienes la necesitan. Los molinos de viento y los paneles solares se ubican estratégicamente para usar la energía ilimitada disponible para generar energía renovable. Los créditos para energía renovable se asignan según la demanda. Esto permite a las compañías de energía invertir en los activos que generan energía verde (molinos de viento y paneles solares) en lugar de líneas de transmisión redundantes para satisfacer las definiciones anticuadas de “ser sostenible”.
De manera similar, el balance de masa conserva los recursos y reduce el impacto ambiental porque desvía residuos plásticos de los vertederos y océanos para luego devolver los materiales recuperados al proceso de producción para su reutilización. Con el reciclaje avanzado, se registran insumos y resultados reciclados de balance de masa, lo que permite verificar el porcentaje de contenido reciclado en los productos fabricados.
Tenemos una estrategia corporativa transformadora para la sostenibilidad que aprovecha la innovación sostenible para construir una mejor circularidad, o un planeta mejor. En consonancia con nuestra estrategia, establecimos compromisos de sostenibilidad que normalizan la circularidad, mitigan el cambio climático y satisfacen las necesidades de un mundo en crecimiento. A través del reciclaje molecular, nos hemos comprometido a reciclar 500 millones de libras de residuos plásticos por año para 2050, y nuestra meta es ser neutros en carbono para 2050. Le invitamos a revisar nuestras metas en nuestro sitio web de sostenibilidad.
Nos encantaría conectarnos con usted para hablar sobre algunas oportunidades. Le pedimos que se ponga en contacto con nosotros.
El reciclaje molecular es real en Eastman. Ya estamos produciendo materiales a escala comercial con contenido reciclado certificado, y los productos están en los estantes de los comercios minoristas.
Entendemos que hay muchas perspectivas diferentes sobre este tema. Las opiniones de algunas ONG nunca coincidirán perfectamente con las nuestras. Eso no significa que no podamos encontrar puntos en común, comenzando por el hecho de que estamos de acuerdo en que hay una crisis climática y una crisis de residuos, y en Eastman aceptamos nuestra responsabilidad de ayudar a cambiar la tendencia en ambas cuestiones.
Tenemos metas de reciclaje mensurables y tenemos una estrategia para reducir los residuos y aumentar la reutilización de materiales. Nuestros materiales con contenido reciclado se utilizan para crear productos que se reutilizarán una y otra vez. El reciclaje molecular es real y lo estamos haciendo ahora mismo.